
No sólo es una falta de respeto a los dirigentes sindicales de la empresa que podría cesar sus funciones y dejar a cientos de operarios cesantes y una crisis económica en Porvenir, sino al mundo del trabajo, estimó el presidente de uno de los sindicatos que viajó a Santiago, a la audiencia con el secretario de Estado
El pasado jueves se reunieron en Santiago representantes de cuatro de los cinco directorios de los sindicatos de Nova Austral con el ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monckeberg, quien estuvo acompañado del director nacional del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) Juan Santa Cruz y el coordinador sindical de ese ministerio, Mario Livingstone. En un comunicado, los dirigentes explicaron que pretendían sensibilizar y visibilizar el momento de incertidumbre de los trabajadores de la empresa salmonera fueguina, ante el delicado momento por el que ésta atraviesa debido a las investigaciones de la Superintendencia del Medio Ambiente y el Ministerio Público.
Lo que le preocupa a los trabajadores, agregaron, es que haya sanciones que terminen causando despidos en Nova Austral y ello acarree una debacle en la economía de Porvenir, donde la empresa acuícola es la principal fuente de desarrollo de la provincia de Tierra del Fuego. Apuntaron que el ministro Monckeberg les dijo que para él “es importante y de vital atención velar por las fuentes laborales de los trabajadores”.
Eso sí, les clarificó que “obviamente, en lo que permita la legalidad, por lo que se comprometió a monitorear semanalmente lo que esté sucediendo con la compañía, y estar atentos a cualquier eventualidad que pueda perjudicar a las y los trabajadores, dada la importancia del rubro para una región tan extrema de nuestro país”. No obstante, tanto la respuesta como la actitud del ministro no les gustó a los dirigentes sindicales.
No les prestó ninguna atención
Así lo expresó el presidente del Sindicato N°2 de Nova Austral, Juan Carlos González, cuya apreciación personal es que el secretario de Estado tuvo una actitud displicente con el grupo de directivos, ya que aparte de llegar atrasado a la reunión -auditada en una sala del ministerio- prácticamente no les prestó atención alguna. “Cuando comenzó la presentación de nuestro compañero, el ministro estaba a cabeza gacha comiendo galletas y chips de chocolate, a veces contestando llamados y otras, revisando su celular”, detalló.
González agregó que “desde mi punto de vista, el ministro tuvo una tremenda falta de respeto con nosotros, como dirigentes. Con eso nos dice que si bien apoya que los trabajadores mantengan su fuente laboral, su forma de proceder, sin una visión clara ni preocupación del tema, fue sencillamente un palmotazo en la espalda, un apretón de manos y decir ‘no se preocupen muchachos, confíen en nosotros, que las cosas las vamos a estar monitoreando semana a semana, a ver cómo evoluciona’, o sea, ninguna respuesta clara”, lamentó.
Claro, explicó, porque “no aseguró que se iba a esmerar en pedir algún informe, como autoridad que tiene la posibilidad de hacerlo. Su aporte fue nulo y a la vez cometió una tremenda falta de respeto, no digo a personas, sino a sindicatos que dirigen a trabajadores que están organizados y a la vez, le faltó el respeto al mundo trabajador”, sentenció el directivo gremial. Lo peor, añadió, es que Monckeberg tampoco demostró conocimiento sobre la crisis en Nova Austral, sino que mencionó algunos problemas financieros, lo que a juicio del dirigente, se basó en lo que publicó en su momento el medio El Mostrador.
Cursos imposibles de aplicar
Respecto a la intervención del director del Sence, para González no tuvo significado, porque mencionó sólo cursos de reconversión generales, más bien enfocados a la zona central del país que a los operarios de una empresa acuícola que labora en una isla al extremo geográfico austral. “Mencionó los cursos de comercio y turismo y yo le dije que si se va a cerrar una empresa que es el motor de impulso, ¿en qué comercio van a trabajar las personas?”.
“Y en turismo, donde falta infraestructura adecuada, ¿acaso los trabajadores van a poder resolver eso?”, preguntó. A lo que se debe sumar que si se trata de talleres Sence a gran escala, serían impartidos en Punta Arenas, hasta donde los trabajadores deberían viajar, permanecer, hospedarse y movilizarse, mientras sus familias sigan sin recibir ingresos.
En suma, para el directivo la reunión en el Ministerio del Trabajo fue una simple audiencia protocolar que se hizo por cumplir, porque ya estaba agendada, que sólo le sirvió a su titular, porque se sacó la foto con los dirigentes de sindicatos de una empresa que podría desaparecer y cuya incertidumbre, con esto, sigue aumentando. A lo del ministro, se suma la indiferencia de las autoridades locales, enfatizó Juan Carlos González, porque todas dicen “hay que esperar que se pronuncie el tribunal o lleguen las sanciones, pero no he escuchado que se evalúe la situación y que piensen en una gran cantidad de gente que va a quedar fuera, cesante. Y que comerciantes y muchas actividades también se verán perjudicadas”, terminó advirtiendo.
Presidenta del Sindicato Nova Austral Nº1
“Si no hay un argumento claro, no hay una respuesta clara”
Para la presidenta del Sindicato de Nova Austral N°1, Nancy Díaz (quien no viajó a la capital al encuentro en el Ministerio del Trabajo), cuya representación abarca más de la mitad de los operarios de la salmonera, de acuerdo a lo que se le informó por parte de la delegación que asistió a esa reunión, “el ministro prácticamente ‘no los pescó’ y sólo lo hizo su asesor ministerial”.
“Lo único bueno que sacaron es que el asesor se comprometió a monitorear una vez por semana a la empresa en caso de despidos, pero no va a haber despidos, porque la empresa tiene contrato para hacer maquila con otras dos empresas externas y va a contratar más gente, así que el monitoreo semanal no sé de qué va a servir”, explicó. Respecto al presunto desdén del ministro Monckeberg con sus compañeros, Díaz dice desconocer qué fue lo que éstos plantearon, ya que había otro objetivo inicial que después fue desechado.
Ante ello, su opinión del tema es que “cuando no hay argumentos, ni se va con una base con algo claro para exponer, entonces, ¿cómo les van a responder algo claro?”, preguntó. Lo señalado por la dirigenta del mayor sindicato de la acuícola representa -por otro lado- la falta de unidad de todos los trabajadores en torno al tema de la incertidumbre laboral que están sufriendo.
Fuente: La Prensa Austral