Si bien prácticamente no alcanzaron a jugar juntos, Eduardo y Danilo Mansilla dejaron su huella en las canchas de fútbol regionales, siguiendo el ejemplo de su padre, Armando Mansilla Mancilla, que jugó por Audax y después en los senior, por Carlos Condell y Prat, como puntero izquierdo. La madre, Georgina Díaz también tuvo su participación deportiva, jugando básquetbol por el Comercial.
Eduardo Mansilla Díaz, nacido el 20 de mayo de 1967, comenzó, con seis años, a jugar en Magallanes, para después pasar a Enap, donde permaneció por una década. “Mi puesto original era defensa central, y la mayoría de las selecciones que integré fue en ese puesto, de ahí me fui tirando más arriba y al final terminé de delantero, de 3, último hombre, casi toda la vida jugué con Miguel Lara y en ese tiempo a Enap llegó Abraham Agüero y como era central, yo me fui de 6, más arriba, de ahí, de 8, 10 hasta centrodelantero”, recuerda.
El primer hito de su carrera fue ser seleccionado del Instituto Don Bosco, en 1983, bajo la dirección del entrenador Mario Díaz, “el que impulsó el deporte escolar en el Instituto Don Bosco, con grandes equipos en el fútbol escolar y tuvimos la suerte de ser los primeros, en ese año, que fuimos a un Nacional en Villarrica, yo tenía 14 años. Entrenábamos a las 6 de la mañana, tomábamos desayuno, íbamos a clases, salíamos a las 6 de la tarde y entrenábamos de nuevo”, destaca.
A los 16 años debutó en primera, con Enap, que en ese tiempo estaba en la segunda división local, con mucha gente experimentada. Tras lograr el ascenso en 1986 y acudir con una selección de futsal dirigida por Mario Galindo a Uruguay, en 1987, se incorporó a las filas de Español, donde tuvo dos temporadas que no lo dejaron muy satisfecho.
En esa época, su carrera pudo tener un giro inesperado, pues “me llamaron a mí, a Sandro Ovando y a Abraham Agüero me parece, a la preselección chilena del Mundial del 87, que supuestamente teníamos que ir a entrenar a una subsede en Temuco, había otra en La Serena para los del norte; Santiago y Temuco para los del sur. Nos entrevistaron, estaba todo listo, pero fue algo que nunca se concretó. Esa selección llegó hasta Puerto Montt nomás, porque por ejemplo, fue convocado Mauricio Soto que era de ahí, que era central, y fue el más sureño que llegó a esa selección. Yo en ese tiempo ya jugaba como volante de salida. Pero como comentábamos con Sandro, eso fue como un volador de luces, como para decir que todas las regiones estaban insertas, pero nunca tuvimos novedades”, criticó Mansilla, que ese mismo año pudo haber llegado a Colo Colo, pero decidió no jugarse por esa opción, debido a que debía costearse los pasajes y la estadía para ir a probarse.
Revancha con títulos
Tras estas dos desilusiones, no bajó los brazos y recaló en el Club Deportivo Prat, donde pudo consolidar su carrera. “Estuve cuatro años muy buenos, de los cuales tres salimos campeones, y de hecho jugamos una final de clubes campeones en Antofagasta, en 1991. Incluso, el Prat es el único equipo magallánico que salió vicecampeón chileno, porque el otro es el Chile, pero lo jugó en Punta Arenas. Nosotros ganamos el regional, el interregional, y llegamos a la final nacional con Santiago, Valdivia, Antofagasta y nosotros. Y perdimos la final con Antofagasta, pero hasta ahora es el logro más alto que ha tenido un equipo a nivel regional”.
De esa experiencia, Mansilla destaca los elogios que le brindó al equipo el ex entrenador del Club de Deportes Antofagasta en Primera División, el croata Andrija Percic, quien según Mansilla, “dijo que el fútbol que practicaba el Prat era muy parecido al de Croacia, por lo directo, es que nosotros éramos muy verticales”.
Asimismo, Mansilla recuerda una anécdota de ese torneo, que tuvo una gran cobertura periodística. “Ese año una radio entregaba el premio Pisco Capel. Ese día el mejor jugador fue Walter Díaz, ‘Cortito’. Yo estaba con el flaco Miguel Montt, le dieron el premio en el camarín y, cuento corto, la botella no alcanzó a llegar al bus, se terminó antes, se la quitamos porque ‘Cortito’ no tomaba nada”.
A su regreso, Eduardo Mansilla siguió en la Asociación 18 para jugar por Presidente Ibáñez, “donde estuve dos años bastante buenos, por la gente y los dirigentes, y de ahí, fui a Porvenir, con Tierra del Fuego, donde llegamos a la final del Clubes Campeones para enfrentar a Salfa”.
Ahí, su vida deportiva en Magallanes tuvo un paréntesis, porque por razones laborales, se trasladó a Iquique, donde permaneció por 18 años, regresando en 2014 a Magallanes. Actualmente, juega por los senior de Barrabases y en el Top 50 de Sokol.
Sus hijos también buscan continuar con esta exitoso legado. “El mayor se llama Eduardo, que jugó en el Prat acá y seleccionado de Punta Arenas sub 12 y mis otros hijos son Diana Gabriela, Diego Tomás, y el Daniel Felipe. El Diego y Daniel hicieron todas sus inferiores en Deportes Iquique y después se fueron a vivir con su mamá a Quilpué y el más chico, el Daniel, terminó en Wanderers y ahora está jugando en San Felipe por la Sub 19”.
El “pollito”
Menos locuaz que su hermano, Danilo Mansilla Díaz, nacido el 8 de febrero de 1975, heredó no sólo la calidad futbolística, sino que también el apodo de “pollo”. “Partí en Enap igual, porque ‘Lalo’ me llevó, yo tenía 8-9 años y después Enap desapareció y nos fuimos los dos a Español. Rodolfo Bórquez, que en paz descanse, a las 9 de la mañana pasaba a buscarnos en una suburbana. En Español hice todas las series infantiles, saliendo campeones en casi todas. En Español jugué con Mauricio Aros, que después se lo llevó Scout. En tercera y segunda infantil jugué con él, igual que en la selección del Don Bosco, porque somos de la misma edad”, destaca respecto del mundialista magallánico.
“En juveniles me hicieron jugar en el primer equipo y debuté con 17 años. Al segundo año, el 93 ó 94, fuimos campeones con Español, el último título que tuvo. Yo era delantero. De ahí me fui a Fueguino entre el 96 y 97, ese año alcanzamos a jugar dos partidos juntos. De ahí me incorporé a Prat, llegué en el 2001 y el club no salía campeón desde el año 91 y de ahí volvimos a ser campeón el 2001. Ganamos el regional y fuimos al Nacional, donde terminamos terceros y yo salí goleador, tenemos una foto en el estadio de Collao”, recuerda.
Tras este éxito con Prat, el entrenador “Manolo” Cárdenas se fue a Cosal y se llevó a siete jugadores, entre ellos Danilo Mansilla. “En ese equipo estaba Ramón Abello, que había sido profesional. Y ahí fuimos campeones regionales igual. Le ganamos a Sokol 1-0 la final. De Cosal me fui a Sokol, a los últimos años, debe haber sido por el 2007-2008. Y ahí me fui a jugar a Ibáñez en la 18 y terminé en Yungay. Actualmente, en Sokol, en Súper Senior y en una primera, además de baby fútbol, por Solmet”, concluyó Danilo, que de su descendencia destaca a su hija Catalina, que incursionó en el atletismo, participando en la Maratón del Estrecho en 2015, ya que su otra hija, Fernanda, no manifestó interés por el deporte.
Fuente: La Prensa Austral