Los recientes viajes de un avión de alta autonomía de vuelo de Latam, con sólo dos escalas para el largo trayecto entre Chile y China, con el fin de traer insumos médicos, equipos y ventiladores mecánicos donados por el gigante asiático a nuestro país para combatir más eficazmente el coronavirus entre nuestra población, tuvo como uno de sus sacrificados protagonistas a un porvenireño. Se trata del piloto Pablo Gallegos Neira, con 8 años de experiencia en la línea aérea binacional y uno al mando de un helicóptero de rescate y aviones ambulancia.
“Salimos un día viernes (hace 2 semanas) con rumbo a Shangai, haciendo una escala técnica en Auckland (Nueva Zelanda), luego en Sydney (Australia) y finalmente aterrizamos en Shanghai, China, donde recibimos las cargas médicas y regresamos el mismo día a Sydney. Esta operación duró 48 horas y fuimos en tres tripulaciones de 4 pilotos cada una”, especificó desde Santiago el piloto que sirve a la compañía chileno-brasileña Latam.
Agregó que posteriormente volvieron a Sydney y esperaron 4 días por otro vuelo que había ido a Beijing y que a su retorno a la ciudad australiana, lo abordó la tripulación que lo incluía, avión que aterrizó en Santiago y que mostró la televisión nacional en sus noticieros, ya que era el que traía los oxigenadores pulmonares. Por ello, el porvenireño que participó en ambas misiones las cataloga como “dos vuelos en uno”.
El avión fue un Boeing 787 Dreamliner de alta autonomía de vuelo, que podría realizar el viaje entre nuestro país y China sin escalas, pero que hizo dos en las naciones del Pacífico Sur por las medidas de seguridad propias de Latam, en vuelos planificados por esa compañía con un itinerario -explica Pablo- cercano a la Antártica, en latitud 70°.
El vuelo significa permanecer 48 horas a bordo de la aeronave, lo que resulta bastante agotador para los tripulantes, que ya saben dosificar sus descansos y deben cambiar posiciones en los mandos cada ciertas horas para manejar mejor las energías, ofreciendo mayor seguridad al ser tantos pilotos. Esto ya es una rutina para Gallegos, que lleva casi 9 años volando rutas internacionales de Latam, además de su primer año al mando de aeronaves de auxilio médico.
¿Y el “sueño cambiado?”
Respecto a las “horas de sueño cambiado” (jet lag) para un piloto y cómo psicológicamente domina esa situación al volar en latitudes y tiempos prolongados, el ex alumno del Liceo de Porvenir egresado en 2007, apunta que “se deja que el cuerpo mande, no forzamos hacer ciertos horarios. Hay gente que se adapta mejor a uno u otro lado, por ejemplo tenemos rutas hacia el oeste, llegando a Australia y hacia el este, llegando a Madrid”.
“Son cambios de horario muy distintos y personalmente me adapto mejor hacia Australia y Nueva Zelanda, pero me cuesta mucho hacia Europa, a pesar que son menos horas”, especifica. De hecho, los pilotos tienen lugares asignados para dormir en el avión, como hizo en el viaje a China, espacios que son cómodos, aislados y bien ventilados, asegura.
Pablo Gallegos, porvenireño de 30 años y soltero, termina recalcando que gracias a las redes sociales se mantiene siempre conectado con “su” Tierra del Fuego, con sus ex compañeros de básica y media y vecinos en general que forman su círculo de amistades. Asegura que siempre da a conocer que es de Porvenir y muestra en el mapa la ubicación su ciudad natal, aunque hoy vive en Santiago, dado el incesante trabajo aéreo que realiza en rutas internacionales.
Fuente: La Prensa Austral