Un cambio que se expanda desde la impoluta Tierra del Fuego al resto de Chile
El mensaje deberá ser expandido a todo el país por la juventud fueguina, gracias a que aún esta porción de tierra insular sufre escasa contaminación.
La organización nacional Ciudadanos y Clima y la Universidad de Magallanes, sede Centro Universitario Porvenir, decidieron iniciar su primer conversatorio sobre cambio climático en Tierra del Fuego, por lo que significa salir del centralismo acendrado que demuestra Chile y además, porque la isla austral es un sector de mucho cambio, de transformación permanente. Por eso el logo de Ciudadanos y Clima recoge la imagen de un selknam representando a un espíritu Kloketén del ceremonial de iniciación Hain de los adolescentes, explicó Alejandro Sepúlveda, periodista del Tiempo en Chilevisión y CNN, miembro fundador de la entidad que debate el cambio climático.
“En Ciudadanos y Clima nos une la preocupación ´por el medio ambiente y todo lo que es el cambio climático que estamos viviendo y muchos otros temas inherentes. Queremos provocar el cambio desde la ciudadanía saliendo de los puntos en conflicto habituales, porque tenemos mucha gente que defiende las ‘zonas de sacrificio’, los salmones, el agua, en fin. Nosotros somos una ciudadanía transversal que nos preocupa todo”, detalló el profesional.
Refirió que al coloquio iniciado -que se desarrolló durante dos extensas jornadas en dependencias del Liceo Polivalente Hernando de Magallanes de la capital fueguina- llegaron representantes de Osorno, Puerto Montt, Antofagasta y de Santiago, para comenzar a expandir su mensaje desde “el sur del sur”. Se pretende tener una ciudadanía empoderada, conversando, educando, exigiendo y creando interacción.
La tarea para los jóvenes fueguinos
“No vinimos a reunirnos con profesores, ni con la alcaldesa, sino con los alumnos, para provocar desde profesionales y gente adulta, una interrelación con los estudiantes y que esta idea-fuerza desde Tierra del Fuego llegue a todo nuestro país”, añadió Sepúlveda. Explicó que si bien en la isla se puede hallar una bolsa plástica en medio de una naturaleza que se creía impoluta, en Quintero se encuentran tóxicos de carbón y petróleo, porque la contaminación ocurre en todo Chile.
“Es un tema global, ustedes acá en la isla lo están padeciendo hace menos tiempo y por lo mismo, elegimos este lugar y de aquí salir a donde la gente ya está gritando, manifestándose. Pero cada uno ve en su territorialidad un problema puntual -recalcó- y de aquí va a salir un documento de ideas como Ciudadanos y Clima que, esperamos, en la nueva Constitución se nos acoja como un derecho humano a tener un medio ambiente para vivir”.
“Pero, no tiene que quedar ahí no más: depende de nosotros y lo queremos inculcar en la gente, que muchas veces dice ‘es que el Estado, que el gobierno, que las empresas…’, pero el cambio tiene que partir por nosotros mismos, ¿y cómo?, cambiando nuestros hábitos de consumo. Mirar lo que hacemos desde que nos levantamos hasta acostarnos, y con gestos tan simples como cambiar el café en vaso plástico a un tazón lavable”.
“Y quienes tienen la fuerza para hacer estos cambios e incorporarlos a la familia es la juventud, y nosotros -los mayores- debemos entregarle las herramientas para que esto salga de los jóvenes, ¡pero no de los que están ahogados en Puchuncaví, en Quinteros, o del hijo del campesino que se le mueren sus animales al interior de Valparaíso!. No, sino de una juventud que aún tiene la capacidad de absorber y levantar todo esto y que sin esa urgencia ni esa angustia, pueda conversarlo y difundirlo a la gente”, terminó especificando.
Comunidades sin agua, pero abundante para particulares
A la sequía que se arrastra por 9 años en la zona central de Chile, se une el aprovechamiento del agua natural por particulares a quienes el Estado les da los derechos exclusivos para su uso en monocultivos de exportación, árboles frutales y uso desmedido por empresas mineras, lo que entrega un oscuro panorama para comunidades que sufren la ausencia del vital elemento en comunas como Putaendo, donde este año se vive un estado crítico. Así lo denunció en el coloquio sobre cambio climático discutido en Porvenir, el dirigente de crianceros putaendino, Freddy Moreno.
“Este año tuvimos menos de 27 milímetros de precipitación, lo que sumado a la usurpación de agua para monocultivos, como en la vecina comuna de Petorca, o en las plantaciones de nogales y parrones de Putaendo, deja a las personas sin acceso al agua. Aunque tenga un canal de regadío a 10 metros, que va lleno de flujo, no es mi agua y no la puedo usar”, clarificó.
Todo, aunque el propietario de derechos de agua tenga sus estanques llenos y esté botando la que le rebalsa, pero es sólo de él y quedan niños, adultos mayores y todas las familias de la comunidad aledaña, simplemente sin agua. “Siempre hemos peleado que no puede haber un Código de Aguas que la otorgue sólo a un particular, y que no la pueda aprovechar una familia porque no tiene ese derecho. El agua tiene que ser de todos, un derecho humano. Nadie puede ser dueño de la naturaleza. En Putaendo llevamos muchos años con el problema y en Petorca y Cabildo, hasta septiembre debíamos pagar a Esval (Empresa Sanitaria de Valparaíso) el costo de agua que traían en camiones aljibe y a la municipalidad el cobro del transporte”, refiere el directivo.
Lo peor es que los pequeños ganaderos que criaban animales vieron perder sus hatos o rebaños por falta de agua y la municipalidad estaba informada que los productores perdían su ganado y quedaban sin recursos “y aún así nos seguían cobrando el agua”, afirmó. De allí comenzó su lucha y con apoyo de la prensa, logró que al menos se les entregue agua gratis a las 400 familias del sector (unas 2 mil personas afectadas en total).
El agua, otro derecho humano
Por eso su participación en todos los cabildos abiertos y asambleas que se produzcan y el coloquio en Tierra del Fuego lo vio como una instancia adecuada para dar difusión al delicado tema. “Tiene que cambiar el Código de Aguas para que beneficie a todos y la nueva Constitución debe tener al agua como un derecho humano”, clamó.
Terminó explicando que con el reciente estallido social, sorpresivamente el río Aconcagua mostró el doble del caudal que corría horas antes. Pero ahora (con el relajo de las manifestaciones) volvió a disminuir y el problema lo siguen sufriendo las comunidades humanas y el ganado que se cría como medio de subsistencia, lamentó Moreno.
Fuente: La Prensa Austral