Un hijastro de la víctima, en compañía de un amigo, urdió la muerte de su padrastro porque éste, hace unos años, le causó lesiones graves a su madre, dejándola en condiciones de salud que hoy la mantienen minusválida.
Información vital en el mismo sitio del suceso luego contrastada con otras indagatorias y el empadronamiento de numerosos residentes permitió al personal de la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones (PDI) esclarecer el sangriento crimen del vecino José Ladislao Millán Ojeda, de 66 años, perpetrado en su propia casa y mientras dormía, hecho de sangre que fue descubierto por un amigo la noche del jueves pasado. Anteanoche, los investigadores lograron ubicar a un joven que al verse acorralado con el cúmulo de antecedentes reunidos, decidió confesar su participación en el hecho y proporcionó antecedentes para dar con el segundo involucrado. Las diligencias que culminaron en la detención de los dos imputados partieron después de la medianoche y duraron hasta las 4,40 horas.
El primer detenido fue Víctor Hugo Nancuante Nahuelcar (28 años) con antecedentes por porte de arma cortante, robo, una reciente violación de morada y otros ilícitos, mientras que el segundo -hijastro de la víctima- fue Víctor Hugo Ubilla Serón (43), con una serie de causas criminales tanto en Porvenir como en la Región de Los Lagos, entre ellas amenazas, robo, infracción a la ley de bancos y violencia intrafamiliar. Este último vivía en una casa que colinda por el patio con la de su ex padrastro.
Premeditación
El comisario de la BH, José Luis Lillo, explicó que existió premeditación junto a la excesiva ingesta de alcohol y pese a lo cual se mantuvieron conscientes para planificar el hecho. La situación habría derivado de los problemas que tenía el hijastro con José Millán, que fue pareja de su madre, a quien constantemente golpeaba al punto que hace 2 años la agredió tan fuertemente que le ocasionó problemas de salud graves, que hoy tienen a la mujer en compleja situación.
Ese resentimiento llevó a Ubilla Serón a fraguar la muerte de Millán, a quien entre los dos hechores no sólo asestaron una cuchillada en la parte izquierda del cuello, que a la postre le provocó la muerte por anemia, sino también le causaron otras lesiones mortales, como fracturas costales, linchamiento mediante cable, golpes en el tórax y obstrucción de las vías aéreas para sofocarlo. Este accionar fue establecido por el Servicio Médico Legal de Punta Arenas en la autopsia del occiso, al interpretar las lesiones.
Entre los elementos de prueba que reunió el equipo de la PDI se cuenta un sobre con el nombre de Huenante, hallado en el lugar del crimen. Asimismo, una vez que bajó la marea y en base a los datos aportados por el primer detenido se ubicó el arma empleada en el homicidio (un cuchillo cocinero de 16 centímetros de hoja), que se encontraba a un metro de la costa, frente a la vieja bodega de la ex Comercial Ford, donde fue arrojada tras perpetrarse el asesinato, al igual que una toalla empapada con la sangre del occiso encontrada en las inmediaciones, artículos coincidentes con el hecho, según estableció el Laboratorio de Criminalística de Carabineros.
El comisario Lillo tuvo palabras de reconocimiento a las personas de la comunidad que, pese al temor por la indagación, terminaron confiando en la PDI al aportar información que permitió “armar el puzzle criminal” en un tiempo récord, dando tranquilidad a la ciudad de Porvenir con la detención de los dos involucrados en el sangriento delito.
Crudo relato en la audiencia de control de detención
Pese a la colaboración en el relato de los hechos aportada por el detenido más joven, su compañero de crimen prefirió mantener silencio ante la PDI, pero el fiscal (s) de Porvenir, Sebastián Marín, al considerar suficientes los antecedentes y pruebas reunidos por la BH, decidió imputar a ambos detenidos ante el Juzgado de Garantía de Tierra del Fuego por el delito de homicidio calificado, en grado de consumado. La audiencia de control de detención se inició pasadas las 18 horas de ayer, presidida por la jueza (s) Pamela Delgado.
Según el relato del fiscal (s), el imputado Huenante Nahuelcar, tras compartir desde temprano vino en abundancia con Millán en su vivienda, acudió al domicilio del hijastro de éste (casa vecina) para invitarlo a beber con ellos, instante en que planearon el crimen. Poco después aparentaron irse despidiéndose del anfitrión, para retornar pasadas las 23 horas, cuando éste dormía, ingresando al modesto hogar gracias a que no tenía cerrojo, actuando sobre seguro y sabiendo que el dueño dormía bajo los efectos del alcohol antes ingerido.
En seguida, entre ambos enrollaron un cable eléctrico alrededor del cuello de Millán, tironeándolo mientras le tapaban nariz y boca, con el fin de asfixiarlo. Es cuando Ubilla le aprisiona con su rodilla el tórax contra la cama, causándole fracturas costales, al tiempo que le propinaba golpes de puño en el pecho. Luego, Huenante busca un cuchillo cocinero con el que le provoca una herida penetrante en el cuello, logrando así los dos consumar su mortal plan.
Con una toalla limpiaron las manchas de sangre del cuerpo de la víctima, al que taparon con frazadas. Agregó el fiscal (s) que la causa de muerte, según el primer informe de autopsia, fue la muerte por anemia aguda severa provocada por la herida penetrante cervical en la sección de vena yugular externa izquierda, unida a traumatismo torácico izquierdo y fracturas costales múltiples.
Imputó a los detenidos como autores de delito calificado de homicidio en grado de consumado, con la agravante de alevosía y premeditación, solicitando su prisión preventiva y 5 meses de plazo de investigación. Los defensores públicos de Punta Arenas que representaron a los dos imputados, Paulo González y Pablo Santander, no consiguieron que prosperara su tesis basada en que no habría premeditación por la ingesta alcohólica, que la víctima se defendió y que habría una sola causa de muerte (la cuchillada, descartando como tal las otras lesiones).
La magistrado (s) envió a prisión a ambos imputados y, desestimando el plazo de 70 días invocado por la defensa, otorgó el término de investigación solicitado por la Fiscalía. Dos curiosidades pusieron fin a la audiencia: el primero, la confusión en los apellidos leídos por la jueza (s) y la sorpresiva solicitud que Ubilla sea ingresado a la cárcel de Punta Arenas por parte de su defensor, que debió ser revocada después que ya había sido cerrada la audiencia, que debió reabrirse pues el propio imputado pidió quedar en Porvenir, donde tiene familia.
Fuente: La Prensa Austral