La abuela de un niño que hoy cursa tercer año básico en la Escuela Bernardo O’Higgins de Porvenir denunció públicamente que su nieto fue medicado erróneamente por un neurólogo escolar en 2015, cuando el pequeño escolar cursaba el primero básico, lo que puso en peligro su vida. Según el relato de Mirta Calbuyahue Cheuquepil, debido a su actuar inquieto, el menor fue evaluado por una profesora de educación diferencial del establecimiento para ser derivado al profesional médico, quien le inició un tratamiento mediante el medicamento Metilfenidato clorhidrato (10 milígramos, 2 pastillas diarias) a fin de mantenerlo quieto en clases, lo que a la postre le causó adversos efectos colaterales de salud.
La señora Calbuyahue comentó que el médico le diagnosticó al niño un déficit atencional y dispuso que el remedio prescrito debían dárselo las dos docentes que lo atendían durante su permanencia en el colegio, clarificando que su nieto nació prematuro 9 semanas antes del parto, por lo que presenta una severa miopía, antecedente que no fue considerado por las profesoras ni por el neurólgo del servicio de salud pública. “A poco andar, el niño presentó efectos adversos como caída del pelo, dolor de estómago, sueño, retardo del lenguaje, entre otros síntomas”, relató la mujer.
Decaimiento en la salud del menor
Por lo anterior, la madre -y apoderada del niño- Pamela Coñuecar, dijo que solicitó en el colegio que se le suspenda el tratamiento a su hijo, pero -agregó-, no fue escuchada y al revés, el hijo y nieto empeoraba cada día, razón por la que ambas viajaron con él a Punta Arenas para consultar a otro neurólogo y a un fisiatra. Dijo que ambos especialistas descartaron el presunto déficit atencional y le suspendieron de inmediato la ingesta medicamentosa recetada anteriormente, “ya que en vez de ayudarlo, el niño se estaba enfermando más”, aseguró.
La abuela y la madre comenzaron a notar una mejoría del pequeño al suspender la ingesta, confirmando el nuevo diagnóstico, “que si no hubiésemos hecho nada, mi nieto hoy no estaría con nosotros”, situación angustiante que planteó, se extendió por un año y 4 meses. “Decidí hacer público este hecho para que no le vuelva a pasar a ningún otro niño”, acentuó.
“He tocado muchas puertas sin ser escuchada y hace unas semanas denuncié lo sucedido a la Superintendencia de Educación para que sancione al colegio y saque a la profesora de las aulas, porque es la culpable de todo lo que padeció mi nieto”, esgrimió Mirta Calbuyahue. Finalizó su relato indicando que aún se pretende enviar los antecedentes al Sename (Servicio Nacional de Menores), porque según las educadoras, el niño mantiene su inquietud en horas de clases, pero que mantendrá su lucha para evitar que vuelva a suceder algo parecido a su nieto.
Superintendencia de Educación desestima denuncia de abuela
Recepcionada la denuncia de la señora Mirta Calbuyahue, y pese al relato en que acusa como responsables a dos profesoras de la Escuela O’Higgins, la Superintendencia de Educación de Magallanes y Antártica Chilena concluyó que el establecimiento educacional actuó conforme a los protocolos de actuación “realizando las atenciones necesarias y pertinentes en favor del niño y las derivaciones a las instituciones y redes de apoyo que se involucran directamente en su favor”.
Detalla que la medicación del escolar es exclusiva responsabilidad del facultativo médico, proceso en que las docentes no tienen injerencia, ya que responde a condiciones de salud del paciente “y es responsabilidad de los padres y/o apoderados del niño, el decidir si le son administrados”. En consecuencia, la dirección regional concluyó que no puede determinar una trasgresión a la normativa educacional vigente, cerrando la investigación sin sanciones administrativas en contra de la escuela.
Cierra el informe -fechado el día 4 del presente mes y suscrito por la directora regional de la Superintendencia, Nieves Raín Cayún- poniendo a disposición del plantel un proceso de mediación, implementado ante situaciones conflictivas en las que no exista trasgresión a la normativa educacional.
Familia recibe atención del Programa de Prevención Focalizada
Debido a la apretada agenda del director de la Escuela Bernardo O’Higgins, Luis Herrera Cárdenas, ayer fue el jefe del Departamento de Educación Escolar (Dem) de Porvenir, Adrián Mansilla, quien se refirió al caso del menor presuntamente mal medicado. Mansilla indicó que lo resuelto por la Superintendencia es el pronunciamiento definitivo del organismo superior.
Al respecto, detalló que en los dos colegios municipalizados existe el Programa de Integración Escolar (Pie), al cual fue derivado el nieto de la señora Calbuyahue, instancia que dos veces al año cuenta con un especialista neurólogo que efectúa una evaluación de los alumnos adscritos.
Ese profesional fue el que realizó la evaluación médica del pequeño escolar, hace casi dos años, pero que es siempre el apoderado quien decide la administración -o no- del medicamento recetado, situación por la que optó la madre y la abuela del señalado menor. En tanto, en la Oficina de Protección de Derechos (OPD) municipal se señaló que el Programa de Prevención Focalizada (PPF) Tomás Apóstol, hoy está haciendo una evaluación del niño, lo que fue confirmado en ese centro de atención, clarificando su directora, Carmen Sekulovich, que en realidad es la familia completa la que está siendo atendida.
Fuente: La Prensa Austral